La llaman la Venecia de los Países Bajos, la ciudad de los canales, de los puentes, de las bicicletas, dónde se dice que todo o casi todo está permitido. Es una ciudad pintoresca y fascinante, cosmopolita y llena de arte e historia. ¡Bienvenidos a 30 cosas que ver y hacer en Ámsterdam!
Ámsterdam es un sitio para callejear, perderse por sus calles y canales, observar su arquitectura, escuchar los rings rings de las bicicletas, pasear por sus mercados, degustar su comida y quedarse enamorado del carácter amable y gentil de su gente.
Una ciudad perfecta para escaparse un fin de semana largo, un puente o una Semana Santa y dejar sorprenderse por ella. Así lo hicimos nosotros, nos escapamos la Semana Santa del año pasado (2016), cinco días para descubrirla son más que suficientes. Personalmente no tenía muchas expectativas con ella, quizás por eso me encandiló tanto.
Es una ciudad singular, un destino urbano europeo sin igual. Por eso hemos decidido escribir nuestro ya habitual «30 cosas que ver y hacer en…».
Si habéis estado, podéis hacer una lectura rápida y recordar vuestros días por la ciudad, y si no la conocéis todavía, quizás tras leer nuestros imprescindibles os entren más ganas de comprar un billete y hacer realidad este listado. Empezamos con nuestras 30 cosas que ver y hacer en Ámsterdam:
Alquilar una bicicleta y pasear por la ciudad con su transporte más característico. No podéis iros de Ámsterdam sin alquilar aunque sea por un día una bicicleta y moveros y recorrer la ciudad sobre dos ruedas, como si fuerais unos auténticos neerlandeses. Ámsterdam con bicicleta se vive y se siente de otra manera.
Muchas veces es complicado situarse y saber en qué punto del mapa se encuentra uno. Es normal desubicarse entre tanto canal y puente. ¡A nosotros nos pasó en varias ocasiones!
¿Sois amantes del dulce? Pues no podéis iros de Ámsterdam sin degustar sus dulces, sus famosos gofres con sirope de chocolate o caramelo, toppings de todo tipo, frutas frescas, helado… ¡Están deliciosos!
Hacer una larga cola para probar las que son las patatas fritas más famosas de la ciudad. Habréis oído hablar de las icónicas patatas flamencas o Vlaamse frites, ¿verdad? Un cucurucho de papel lleno de patatas fritas recién hechas con las salsas que uno elija encima (mayonesa, ketchup, curry, cebolla…) Os podemos asegurar que merece la pena esperar para tomarse este auténtico y grasiento snack.
Uno de los puntos históricos más conocidos de la ciudad. Os aconsejamos que compréis las entradas para hacer la visita con mucho tiempo de antelación, a no ser que organicéis el viaje con poco tiempo y entonces ya no tengáis la oportunidad de comprar los tickets porque hace meses que se han agotado. Podemos asegurar que es la atracción más visitada de la ciudad, todos los días desde las 7 de la mañana la cola para entrar era de horas y horas de espera… En el caso de que no podáis entrar, como nosotros, tenéis que verla al menos por fuera, haceros una foto con la estatua de Ana Frank que hay en el exterior o en la fachada de la casa dónde se escondió durante tanto tiempo.
Pasear por uno de los mercados más famosos del mundo, el Bloemenmarkt. Hacerlo a solas es prácticamente imposible, ya que es otro de los puntos más característicos de la ciudad, pero uno disfruta de ese ambiente concurrido, de todas esas tiendas llenas de colores y olores tan diferentes pero que hacen de ese mercado una postal multicolor única.
No volver a casa sin la típica foto con las gigantescas letras de «I amsterdam» que encontramos en el exterior del conocido Rijksmuseum. E intentar hacerte una foto en la que solo salgas tú con tus acompañantes de viaje, lo que es misión imposible, ¡os lo aseguramos!
Desayunar todos los días un delicioso bagel con rúcula, jamón y queso o de lo que más te apetezca, acompañado de un zumo o de un café late recién hecho. Esta es una recomendación muy particular y subjetiva, ya que nos quedamos totalmente enamorados de los desayunos de Bagels Beans, una cadena que podéis encontrar en toda la ciudad. Así cogíamos energías para callejear todo el día. ¡Muy recomendable!
Coger un tren desde la estación central y plantarse en menos de 2o minutos en un pueblo que parece recién sacado de un cuento: Zaanze Schans. Desde el que conseguiréis la más típica postal de los Países Bajos y sus enormes molinos de madera. Es una maravilla perderse durante unas horas por este pueblecito y disfrutar de esta estampa.
No dejar de fotografiar la ciudad con sus bicicletas, una bicicleta sola en una callejón delante de una barbería, un conjunto de bicicletas de un color especial que parecen puestas allí a propósito, la típica bicicleta atada en el canal o millones de bicicletas una al lado de la otra en la entrada de la estación central. ¡Cualquier imagen es igual de bucólica!
Pasear de noche por el Barrio Rojo y sorprenderse por su típica iluminación roja, su ambiente desmelenado, sus escaparates de mujeres de los que tanto hemos escuchado hablar… ¡Un barrio único en el mundo!
Ir a un coffee shop, tomarse algo y ver el ambiente que se respira en él. ¡Es un must en Ámsterdam! Y si os apetece, porqué no, fumar algo ya que en ellos todo o casi todo está permitido.
Pensar que en cualquier momento podéis morir atropellados por una bicicleta. Hay que cruzar las calles y andar por la ciudad con mil ojos abiertos y puestos en todas las bicicletas que se te cruzan a tu paso.
Buscar los famosos puntos de la ciudad desde dónde se obtienen preciosas escenas de los canales y sus puentes. Uno de ellos, el conocido Reguliersgracht o Canal de los 7 puentes, ofrece una postal icónica de la ciudad.
Subir a un barco y dar un paseo por los canales. Tendréis la oportunidad de ver la ciudad desde otra perspectiva. Hay muchísimas empresas que organizan tours, tantos que uno a veces no sabe cuál elegir.
Visitar el Voldenpark en un soleado día y disfrutar del ambiente que hay en él. Árboles, césped, estanques, familias, gente tocando la guitarra… Es uno de los pulmones verdes de Ámsterdam, y a parte de pasear por él, ¡porqué no llevarse también unos sándwiches y algo de beber y hacer un pic nic allí mismo!
Ir al Skylounge y tomar algo mientras disfrutáis de unas espectaculares vistas de casi 360 grados de la ciudad. Si vais en fin de semana el ambiente es muy cool y pasaréis un muy buen rato allí. Aunque no es barato, merece la pena subir y tomarse una copa de un buen vino sin dejar de observar ese maravilloso telón de fondo.
Queso. Comer, comprar y visitar una fábrica de queso. Uno no puede visitar una ciudad como Ámsterdam e irse sin probar los quesos neerlandeses. Gouda, edam, leiden… Os veréis tentados a comprar, porque uno no puede volver a casa sin llevar una de las cosas más características del país, además de visitar dónde se fabrican.
Tomarse una cerveza en uno de sus típicos bares de madera centenarios, conocidos como los bruin cafes, y simplemente disfrutar de una buena charla y de la atmósfera que se crea en ellos con gente local hablando a vuestro alrededor.
Pasear sin rumbo fijo por el barrio Jordaan, uno de los más de moda del momento. Os encantará su entorno, sus callejuelas, sus bares cool, tiendas curiosas… ¡Un barrio muy pintoresco y acogedor!
Buscar en las fachadas de las casas ese gancho que casi todas ellas tienen. ¿Os habéis preguntado para qué sirve? Nosotros lo vimos con nuestros propios ojos, una mudanza en pleno corazón de la ciudad en la que los nuevos habitantes de la casa subían un sofá por fuera utilizando el gancho como polea. La mayoría de las casas son tan estrechas que esta es la única forma de poder meter y sacar muebles en ellas. ¡Muy curioso!
Ver y fotografiar las casas flotantes que viven en sus canales, dicen que hay más de 2.500, y porqué no incluso hospedarse en una de ellas. En Booking.com hay muchas que se alquilan.
Descubrir el parque secreto de Ámsterdam llamado Begijnhof, que ya no es para nada un lugar secreto de la ciudad. Aunque encontrarlo no es tan fácil como parece, ya que se esconde tras una puerta que al abrirla te dará paso a unos jardines y unas pequeñas casitas que crean un entorno lleno de paz y tranquilidad. Algo difícil de encontrar en grandes ciudades.
Fotografiarse con la casa más antigua de los Países Bajos. Data del año 1465 aproximadamente, es de madera y se encuentra justo en Begijnhof, en el número 34.
Mercadear por el Albert Cuypmarkt, el mercado local callejero más grande Europa, donde es posible encontrar de todo entre sus más de 260 puestos, todo tipo de comida, moda, decoración y algún que otro chollo.
Zambullirse de pleno en el arte de la ciudad visitando alguno de sus numerosos museos: ver obras del mismísimo Van Gogh en el museo que lleva su nombre o disfrutar de algunos clásicos de Rembrandt en el Rijksmuseum, o visitar otros menos conocidos como el Stedelijk Museum, el FOAM (Museo de la Fotografía de Ámsterdam)… Otra cosa no, pero arte en esta ciudad hay de sobra y por todos sus rincones.
Ir de compras por las Neves Straarjes o Nueve Calles. No hace falta comprar nada, vale la pena simplemente pasear por ellas para disfrutar de su ambiente. A pesar de que sean nueve calles, su perímetro es muy pequeño ya que son callejuelas estrechas llenas de comercios que ofrecen productos de todo tipo.
Pasear por sus plazas y disfrutar del ambiente y de la personalidad de cada una de ellas. La Plaza Dam, Leidseplein, Rembrandtplein…
Coger el tranvía para ir hasta los muelles del este, desde dónde veréis modernos edificios arquitectónicos como el NEMO, espectacular edificio con forma de barco, compartiendo lugar con un barco pirata de madera, llamado Quo Vadis. Y desde allí podéis ver el famoso molino De Gooyer, un imponente e icónico molino de madera. Una estampa que merece la pena visitar.
Si tenéis tiempo no dudéis en hacer una excursión de un día completo por algunos de los pueblos más pintorescos y cercanos a la capital: Edam, Volendam y Marken, es el triángulo perfecto para escaparse una jornada y descubrir otro precioso lado de los Países Bajos. Hay un autobús que sale desde el centro de la ciudad que hace el recorrido completo. Nosotros empezamos por Edam, seguimos por Volendam y su animado puerto y desde allí cogimos el ferry que va a Marken, la última parada. ¡Pasamos un día perfecto!
Y hasta aquí nuestro «30 cosas que ver y hacer en Ámsterdam». Una ciudad abierta, cosmopolita, cool, vibrante, fascinante, artística, bucólica… Y ante todo, diferente. Sino la habéis visitado todavía, no lo dudéis, porque conocerla es un auténtico placer.
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2 comentarios
Wauu!!! Genial, en un sólo post habéis resumido casi todo lo que uno puede hacer, sin duda un trabajo extraordinario y de gran ayuda para el viajero.
Me apunto muchas de las cosas que habéis apuntado y que no tuve la oportunidad de hacer. Mi idea es volver en el invierno y visitar lo que me faltó de Ámsterdam y algunos pueblo cercanos, ya que todos hablan maravillas de ellos.
En cuanto a algunos lugares y cosas que mencionáis pudimos verlos durante un free tour en el que nos divertimos y aprendimos bastante. Por casualidad ¿hicisteis alguno?
Saludos.
Muchas gracias Juanra! Es que Ámsterdam es una de esas ciudades a las que siempre se puede regresar y descubrir cosas nuevas! Nosotros nos quedamos con ganas de más!
Pues una muy buena recomendación lo del free tour que comentas, gracias por comentarlo! No, nosotros no hicimos ninguno, pero queda apuntado para la próxima!
Un saludo!
Marta