Tanjung Puting Indonesia

Estamos en Tanjung Puting Indonesia, recorriendo el Parque Nacional a bordo de un klotok. Os recordamos cómo llegamos hasta aquí y no os perdáis el día de hoy, ¡promete!

Amanecemos con los primeros rayos de sol que se filtran entre las mosquiteras y con los sonidos de los animales salvajes. Millones de sonidos diferentes, imposible de identificar sus dueños. ¡Una sensación única e increíble!

A uno no le importa despertarse pronto cuando te despiertas solo en un barco en medio de la selva rodeado de la naturaleza más pura. ¡Esto sí que es único y lo disfrutamos al máximo!

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Amanecer en el corazón de Borneo

Todos los tripulantes del klotok amanecen con nosotros, y quitamos mosquiteras, deshacemos camas y colocamos colchones. Nos aseamos y ponemos la ropa para un nuevo día caluroso en el parque natural. Sobre la vestimenta comentar que se recomienda llevar pantalones largos, prendas de algodón y de colores claros; es lo mejor para los mosquitos y el calor húmedo de Borneo.

Y sobre el calzado es importante la comodidad, no son necesarios zapatos de trekking o montañismo ya que los trails por la selva son muy sencillos y por terreno siempre llano. Con lo que con unas deportivas normales es suficiente. Y nosotros también recomendamos gorra.

Es pronto, pero el calor ya aprieta. Encendemos motores y ponemos rumbo al primer campamento que visitaremos hoy. Allí a las 09:00H de la mañana ya dan de comer a los orangutanes, que hoy veremos más de cerca, ¡qué ganas! Nos preparan un rico desayuno a base de «café» (lo pongo entre comillas porque es agua caliente y café soluble), zumo de naranja tipo Tang, tostadas francesas, tortitas con mermelada, mini tortillas con verduras y un plato de mini plátanos. Desayunamos bien para coger fuerzas para nuestro primer día completo en la selva.

Segunda Estación Tanjung Puting: Pondok Tanggui

Un par de minutos después de las 08:00H ponemos pie en tierra firme y empezamos andar por las pasarelas de la segunda estación del Parque Nacional de Tanjung Puting, llamada Pondok Tanggui. ¡Cómo puede ser tan pronto y hacer tanto calor!

Nos adentramos por la selva y de camino al punto de alimentación de los orangutanes, Kris nos va enseñando todo tipo de plantas y árboles autóctonos. Y como todavía es pronto, decide salirse del trail oficial y conocer la selva más auténtica. ¡Genial!

Y de repente aparece una nueva compañía. En silencio y deslizándose entre ramas de árboles llega ella, el orangután favorito de nuestro guía. Nos la presenta: es Sweet Hope. Una pequeña cría de orangután que tiene tan sólo 4 años de edad. Muy juguetona y simpática. Y allí nos tienes a los 5 embelesados con todo tipo de cámaras grabando y fotografiando a esa criatura que teníamos jugando en nuestras cabezas a menos de 2 metros, y para nosotros solos. ¡Casi se quería llevar una de nuestras cámaras! ¡Fue súper emocionante! ¡Uno de los momentazos del día!

Os dejamos este pequeño vídeo en el que podéis ver a Sweet Hope jugueteando con nosotros.

Punto de comida del campamento

Y así como llegó, ella sola se marcha entre los árboles. Y como ya se acerca la hora, regresamos al camino del trail y llegamos en un momento al punto de comida de este campamento. Nos sorprendió mucho la cantidad de gente que nos encontramos un 18 de Agosto en pleno Kalimantán. Y más aún que casi el 80% éramos españoles. No esperábamos encontrarnos con tanta gente de aquí.

Cogemos posiciones en los bancos de madera y siguiendo el mismo ritual de ayer, llegan los rangers y depositan toneladas de plátanos encima de la gran plataforma. Con unos peculiares sonidos llaman a los orangutanes. Y poco a poco, como algo mágico, empiezan a llegar.

Es muy gracioso porque casi todos llegan a la plataforma y se ponen de espaldas a nosotros a comerse los plátanos. ¡Tal cual, jaja! Saben que estamos allí y para fastidiar se dan la vuelta. También es muy bueno cuando antes de marcharse se llenan la boca con muchísimos plátanos que casi no pueden ni respirar. Tenemos la suerte de ver hasta 4 y 5 orangutanes a la vez. Es muy divertido ver cómo se relacionan entre ellos y cómo aparecen por allí visitantes de otra especie: jabalís barbados, un tipo de jabalí endémico de Filipinas, Sumatra y Borneo.

Nos encanta verlo todo, cómo se beben la leche del cuenco, cómo comen caña de azúcar, cómo se comportan los bebés con sus mamás… ¡Una bonita experiencia! Y por supuesto, veníamos con ganas de ver al gran macho alfa en esta estación, al gran y famoso Tom. Pero nos quedamos con las ganas, porque él no apareció. Kris nos dijo que hacía 3 días lo había visto en la última estación, que tiene un muy buen feeling y que cree que lo veremos hoy. ¡Nos gusta ese feeling! ¡Nadie se quiere ir de Tanjung Puting sin ver a Tom! Pasa más de una hora y regresando por el camino, casi sin darnos cuenta, vemos a un enorme orangután macho sentado en un lado del camino. ¡Dios mío! ¡Es enorme y lo tenemos a menos de 2 metros de nosotros!

Aprovechamos y no paramos de hacerle fotos y de mirarlo tan de cerca. Hasta nos enseña sus dientes. La verdad es que daba mucho respecto tener una criatura de ese tamaño tan cerca. No sabemos si veremos al macho alfa, pero este encuentro ha sido increíble.

Camp Leakey Tanjung Puting

Volvemos a navegar por el río Sekonyer para poner rumbo al próximo y último campamento del parque, el punto más importante y el centro neurálgico: Camp Leakey. Pero hasta llegar nos queda un rato de travesía, así que aprovechamos para relajarnos y disfrutar de la brisa mientras navegamos.

Hablamos con Kris, le enseñamos a decir palabras en español y nos pide que le enseñemos canciones y se las escribamos en un papel que tiene. Es un chico al que le encantan los idiomas. Su canción favorita en español es «La cucaracha», así que la cantamos con él y se la escribimos.

Nosotros también le pedimos que nos escriba alguna palabras y frases en indonesio. Tenemos ese recuerdo en un cuaderno de viaje que llevábamos. Le explicamos cosas de nuestra vida y él de la suya. Es un chico muy transparente y nos confiesa que está feliz de tener a una familiar española con él estos días, nos cuenta que somos muy cercanos y simpáticos; y que para él el trabajo es mucho más ameno y divertido con gente así. Y mientras hablamos llega la hora de la comida. Nos sentamos en la mesa y degustamos de nuevo unos riquísimos platos de nuestra cocinera.

Poco después, ya llegamos al siguiente campamento, pero como todavía es pronto, esperamos un rato más en el barco. Nuestro klotok se amarra a otro klotok en el que va una pareja de españoles que nos avisan que justo a su lado hay un orangután con su bebé, que son muy graciosos y que si queremos pasar a verlos. ¡Que no nos lo digan dos veces! Cogemos cámaras y asaltamos el klotok vecino. Y sí justo vemos en la orilla un orangután con su bebé. Vemos escenas preciosas, ¡no nos cansamos de mirar, siempre con una sonrisa en la boca!

Orangután Tom

Contentos abandonamos este último campamento porque hemos conseguido el objetivo: ¡ver a Tom! Y ahora una buena merienda mientras ponemos rumbo al río negro dónde vamos en busca de cocodrilos. Llegamos a la zona del río donde el agua es la más oscura que hemos visto hasta ahora, de ahí su nombre, y el tramo dónde más se estrecha el canal. Hay que estar muy atentos para ver a los cocodrilos y conseguimos ver alguno, aunque pequeño, pero lo vemos. Y en los árboles que nos rodean vemos una vez más muchísimos macacos, monos narigudos y conseguimos ver un gibón ágil de Borneo, una especie amenazada, en peligro de extinción y endémica del sur de esta isla de Indonesia.

Es nuestro segundo día aquí, pero no por ello lo vivimos con menos intensidad, ¡para nada! Todo lo contrario, lo vivimos más entusiasmados porque este será nuestro último atardecer y nuestra última noche aquí. Así que aprovechamos cada minuto. No nos movemos de la proa del barco. Se empieza a teñir el cielo de esos colores rojizos y anaranjados indescriptibles. ¡Un auténtico espectáculo natural! Pensamos en lo afortunados que somos de poder estar allí y poder vivir esta experiencia.

Después del centro ya nos vamos hacia el punto de comida. A las 15:00H llegan los rangers, depositan y esparcen la comida por encima de la plataforma. Y unos minutos más tarde de sus llamadas, empiezan a llegar ya los orangutanes.

Y cuando ya llevábamos un rato allí, de forma silenciosa y andando entre la gente, hace su aparición estelar el gran Tom. ¡Por fin, el macho alfa de la manada! Todo el mundo se queda en silencio y empezamos a amontonarnos lo más cerca que podemos estar de él. Sólo se oyen sonidos de cámaras. ¡Estamos todos entusiasmados! Creíamos que ya nos íbamos a ir de Tanjung Puting sin verlo, ¡pero ha aparecido! Y no podemos dejar de estar con los ojos más abiertos que hemos puesto hasta ahora. Vemos como come, como nos da la espalda, como se rasca, como se mueve y lo más gracioso es ver como los otros orangutanes lo respetan. Es el rey. Hasta vemos como se aparea con una orangután que resulta ser su madre. Sí, sí, tal y como habéis leído. Como nos dice Kris, son animales…

Y cuando todos estamos atentos observando a Tom, justo por detrás nuestro, vuelve a aparecer su madre, andando tan tranquila por el camino. ¡Pasa a menos de un metro de nosotros!

Navegando por el río negro Tanjung Puting

Contentos abandonamos este último campamento porque hemos conseguido el objetivo: ¡ver a Tom! Y ahora una buena merienda mientras ponemos rumbo al río negro dónde vamos en busca de cocodrilos. Llegamos a la zona del río donde el agua es la más oscura que hemos visto hasta ahora, de ahí su nombre, y el tramo dónde más se estrecha el canal. Hay que estar muy atentos para ver a los cocodrilos y conseguimos ver alguno, aunque pequeño, pero lo vemos. Y en los árboles que nos rodean vemos una vez más muchísimos macacos, monos narigudos y conseguimos ver un gibón ágil de Borneo, una especie amenazada, en peligro de extinción y endémica del sur de esta isla de Indonesia.

Es nuestro segundo día aquí, pero no por ello lo vivimos con menos intensidad, ¡para nada! Todo lo contrario, lo vivimos más entusiasmados porque este será nuestro último atardecer y nuestra última noche aquí. Así que aprovechamos cada minuto. No nos movemos de la proa del barco. Se empieza a teñir el cielo de esos colores rojizos y anaranjados indescriptibles. ¡Un auténtico espectáculo natural! Pensamos en lo afortunados que somos de poder estar allí y poder vivir esta experiencia.

Último atardecer y noche en Tanjung Puting

Y una vez más, hablando con Kris y charlando sobre los viajes que hemos hecho y los viajes que a él le gustaría hacer, se hace de noche. Seguimos navegando, aunque ahora ya en dirección contraria, tenemos que volver al inicio del río ya que mañana por la mañana nos vamos a Bali. Después de cenar, regresamos a la proa y nos ponemos a buscar luciérnagas. El barco pasa por una zona que siempre está llena de luciérnagas, pero esta noche no podemos ver muchas porque tenemos luna llena. Una pena por un lado, pero una maravilla por otro. Quién tiene la oportunidad de pasar su última noche en la selva con luna llena. ¡Nosotros! Aunque la luna no nos dejaba ver las luciérnagas en su plenitud, vimos y muchas. Perfecto broche de oro para terminar nuestra aventura.

Estos dos días en la Tanjung Puting han sido una auténtica aventura. Hemos aprendido lo que es vivir en condiciones no tan cómodas como a las que estamos acostumbrados, hemos conocido la cultura indonesia y a gente fantástica, hemos degustado lo que es la auténtica comida indonesia, hemos convivido con todo tipo de animales salvajes y hemos visto muy de cerca orangutanes. ¿Puede ser una aventura más completa? Cerramos los ojos recordando todo esto que hemos vivido y con un poco de pena porque ya mañana nos tenemos que ir, pero también con muchas ganas porque el viaje continúa y nuestra próxima parada es Bali. ¡La tan deseada isla de los dioses nos espera!

4 comentarios

  1. Muchas gracias Leyre!!!! Felices de que te guste el POST, se agradecen estas palabras! Es una gran satisfacción para nosotros. Y la experiencia es brutal, si algún día vais a Indonesia, tenéis que ir sí o sí! Un abrazo!

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